User talk:Vicente Chato Chango

From Wikimedia Commons, the free media repository
Jump to navigation Jump to search

HAMPATILLUMANTA

Hampatillu-Hampatu-Ecuador-Sudamérica Vicente Chato Chango Noviembre 2015



HAMPATILLUMANTA

Vicente Chato Chango

¿De dónde somos originarios el pueblo de Hampatillu ?

El pueblo de Hampatillu tiene una existencia milenaria, algunos investigadores, como Gerardo Nicola, afirman que cuando los conquistadores españoles llegaron a la zona donde hoy se asienta la Ciudad de Ambato y su área de influencia, encontraron que estos territorios estaban ocupados por diferentes pueblos originarios como los Panzaleos, los Tomabelas, los Pasas, los Apahalos y los Hampatukuna.

En los primeros años del siglo XV, el Inca Tupak Yupanki forma un poderoso ejército e invade los pueblos del Chinchaysuyu ; según el escritor Flavio López Cando, para lograr el apoyo de los pueblos kichwa y aymaras de la Puna Peruano – Boliviana para esta incursión armada, el Inca prometió entregarles tierras fértiles (López, y otros. 2002: 45), en los andes de páramo del norte Andino donde las lluvias eran frecuentes y abundantes.

Los pueblos que habitaban el valle de Hampatu opusieron una fuerte resistencia pero finalmente fueron vencidos por el ejército de los Incas. Cuando terminó la guerra, el Inca Tupak Yupanqui dejó en estas tierras un importante número de mitmakkuna y además, ordenó a los caciques del Pueblo Tomabela que construyan un Tambo Real en el sitio conocido como el Socavón (ibid), junto al Rio Grande de Hampatu. Con el tiempo, la población mitmak asentada en estas tierras se mezcló con los llaktakuna y dio origen al Pueblo Hampatu que encontraron los españoles, junto al tambo real del mismo nombre.

Aunque el Tambo Real de Hampatu fue construido por gente de Tomabela, éste se encontraba asentado en tierras del pueblo originario de los Angamarca, el mismo que era dueño de un inmenso territorio que iba desde la orilla occidental del Río Grande de Hampatu hasta las yungas pasando por la cordillera accidental de los andes; este territorio incluía los lugares que actualmente se conocen con los nombres de: Atocha, Ficoa, Miraflores, La Delicia, Plaza Primero de Mayo, Cashapamba, Pinlluk, Hampatillu, Angamarquillo, Cullitagua, Calhua, Angahuana, Sawatoa, Angamarca, Churo Lozán, Pangua y Moraspungo.

La forma de ocupación dispersa y discontinua del suelo andino por parte de los ayllus de los pueblos originarios les permitió acceder a diversos pisos altitudinales y a formarse una noción del espacio de la naturaleza en función de la altura; en todo ayllu se podía identificar una parte baja llamada urin saya, una parte alta llamada hanan saya y una parte intermedia llamada chawpi saya; con la llegada de los españoles, éstos términos fueron castellanizados con los nombres de chico para la parte baja y grande para la parte alta; algunos investigadores sugieren que la población de Hampatu situada junto al Tambo del Socavón era conocida como Urin Hampatu o Hampatu Bajo, y que la parte superior situada en los páramos de la cordillera occidental, era conocida como Hanan Hampatu, Hatun Hampatu o Hampatu Alto.

Según documentos de la época, el asiento de Hampatu y sus tierras aledañas pertenecían a una gran confederación de pueblos originarios, formados por los Tomabelas, Angamarcas, Pasas y Quisapinchas.

Antes de la llegada de los españoles, la principal institución social de esta gran confederación de pueblos originarios era el ayllu, institución comunitaria formada por familias ampliadas, de cuatro o más generaciones unidas por lazos de sangre, vecindad y reciprocidad.

Los ayllus de la Confederación Hampatu se asentaron en forma dispersa, a los dos lados de la Cordillera Occidental de los Andes, formando pequeños islotes productivos situados en distintos pisos altitudinales que iban desde el valle interandino hasta la selva tropical de la Costa, pasando por los páramos, las laderas de la cordillera y las cejas de montaña. Los miembros de la Confederación Hampatu no conocían el dinero, pero entre los distintos ayllus que lo conformaban se desarrolló un sistema económico de carácter no mercantil, basado en formas de reciprocidad propias del mundo andino, como el rantinpak, el intercambio de niñas y niños con miras a futuros matrimonios, y el intercambio de personas para el trabajo. A través de estos intercambios, los ayllus situados en distintos piso altitudinales establecían alianzas entre sí; El curaca de un ayllu de la zona baja acostumbraba enviar a uno de sus hijos para que se viva y se críe bajo la custodia del curaca de un ayllu de la zona alta y viceversa; este intercambio de niños entre los distintos ayllus ayudaba a fortalecer los lazos de parentesco y afinidad entre sus miembros y de esta manera prevenir posibles guerras y conflictos entre ellos.

A través de los siglos, los miembros de la Gran Confederación Hampatu se fueron adaptando a las condiciones ecológicas del mundo andino y desarrollaron un sistema productivo no depredador de la naturaleza; gracias a sus saberes y a sus prácticas productivas lograron domesticar algunas especies vegetales como el maíz, la papa, el melloco, la oca, la mashwa, la quinua, el capulí, el mortiño, la zanahoria blanca, el camote, el berro, el babaco, el chamburo, el gigacho, el tomate riñón, tomate de árbol y otros productos alimenticios; para proveerse de proteína animal domesticaron el kuy y la llama; también desarrollaron distintas formas de reciprocidad y ayuda mutua como el makita mañachik , la hucha , la minka y el rantinpak.

Para ser fuertes, nuestros ancestros, acostumbraban bañarse en agua fría todos los días a la madrugada, en las vertientes del Río Hampatu; ellos pensaban que el agua que se calienta por medios artificiales era perjudicial para la salud y que volvía enfermizas y flojas para el trabajo a las personas.

El sector que ahora se conoce como Santa Elena era el Centro Ritual de las celebraciones cósmicas, El Ollero Yurak Allpa, Pinllo y Wapaskucho estaban cubiertos de arbustos que les proveían de leña para la cocción de alimentos.


Desde los primeros años de la Colonia, se conocía que en la zona alta, entre Pinlluk y Quisapincha existía la Comunidad de Hambato, perteneciente al Pueblo Originario de los Angamarcas, a la que los españoles le bautizaron despectivamente con el nombre de Ambatillo.

Vista Panorámica de las laderas de Rampala, Páramos de Hampatillu, el Cerro Sawatoa, el cerro Pilis Urcu

El Padre Juan de Velasco, en su Historia de Reino de Quito, señala que las provincias medianas de Hambato y de Mocha fueron agregadas al corregimiento de Riobamba, en los primeros años de la colonia; en este documento señala que las tierras de Hambato y Huapante son muy fértiles y tienen un clima benigno, y que, “eran antiguamente ocupados por la nación de los Hambatos, dividido en cuatro partidas o tribus con los nombres de Quisapinchas, Ysambas, Guachis, y Pillaros. No hubo en este lugar ciudad indiana, ni edificio público memorable; no obstante, los españoles atraídos por el clima y la fertilidad del país, que es el más apto para sazonar con perfección los frutos europeos, fundaron aquí el asiento de Hambato, sobre la ribera del rio del mismo nombre en gr. 15 min. de la mer., y en 6 min. de long. oc. ”(De Velasco. 1842: 94).

Las tierras de propiedad de la Comunidad de Hampatillu cercanas a la Ciudad de Ambato y en especial las de Atocha, Ficoa y Miraflores, fueron ocupadas arbitrariamente por familias mestizas y los comuneros que vivían en esos lugares fueron obligados, mediante el uso de la fuerza, a dejar sus parcelas y a trasladar su residencia habitual a la zona alta; Una situación parecida ocurrió posteriormente, con las tierras de Ficoa Alto, Pinllo y Lacón.

El 19 de junio de 1698 se produce un gran terremoto que destruye el primer Asiento de Hampatu que estaba ubicado en el sitio conocido como Socavón, junto al Tambo Real; luego de sobreponerse a la tragedia provocada por el terremoto los vecinos de este lugar, en su mayoría españoles y mestizos, se trasladan unos tres kilómetros al sur, hasta el barrio de San Bartolomé y ocupan una gran extensión de las tierras donde vivían muchas familias indígenas, miembros de los pueblos originarios Tomabela, Quisapincha, Pasa y Angamarca; Luego de posesionarse de estas tierras proceden a lotizarlas y fundan el nuevo asiento de San Juan de Dios de Hampatu. A las familias indígenas que vivían en esta zona y que fueron desalojadas por la fuerza, no les quedó otra alternativa que recibir una irrisoria indemnización como pago del valor de sus parcelas y sus cultivos, y buscar un lugar donde vivir, en los cerros.

En el Libro Rojo, que contiene una recopilación de documentos, sobre los acontecimientos posteriores al terremoto de 1698, consta que al día siguiente de este hecho, y luego de que los españoles se han tomado por la fuerza las tierras del Barrio San Bartolomé, se presenta una demanda firmada por Juan Fernandez, Protector de los naturales del Asiento de Hambato, quien se presenta: “Embos yen nombre ydefensa de Don Juan Punina Casique prinsipal y gouernador deeste dho asiento ydel pueblo quisapincha.- Don Andres Carlos Amanta Casique prinsipal y Gouernador deeste dhoasiento y del pueblo de passa.- Don Domingo bombon asi mesmo Casique deeste dhoasiento delos yndios apahaloes del curato y doctrina del Doctor Manuel Ortega deVelasco Como asi mesmo Don Blas Sogsso tubon Casique principal delos yndios ambatillos dedho curato y doctrina.- Don Pedro Pilamunga Casique principal y Gouernador delas quatro parsialidades delos yndios Tomabelas.- Don Martín Toassa Casique prinsipal delos yndios angamarcas y porel común detodos Los indios dedhas parsialilades Sujetosadhos Casiques queoiestan Consus casas ysolares pobladosenel pueblo bie jodea Riba del glorioso apóstol San Bartholome delosnaturales” (Libro Rojo. 1919: 11 y 12).

La ocupación abusiva de las tierras de los indígenas en la explanada de San Bartolomé da origen a un largo litigio judicial entre las comunidades y los mestizos; en las demandas y escritos presentados por los caciques indígenas en reclamo de una justa indemnización por las tierras que les fueron confiscadas, aparecen entre otros, los nombres de Don Juan Punina, Cacique Principal y Gobernador de Asiento de Hampatu y Pueblo de Quisapincha; Don Andrés Carlos Amanta Cacique Principal y Gobernador de Hampatu Pueblo de Pasa; Don Domingo Bombón Cacique de los indios Apahaloes de Quisapincha, Don Blas Sogsso Cambue Tubón, Cacique Principal del Pueblo y Doctrina de Quisapincha; Don Pedro Pilamunga Cacique Principal y Gobernador de las cuatro comunidades de indios Tomabelas, nombrados Guanoliquín, Uchuklla Guanoliquín, Zimiatug, y Jueveni; Don Martín Toassa, Cacique Principal de indios Angamarca y Don Joseph Yunapanta, Principal más antiguo. (Saá. s/f: 46).

En otro de los escritos presentado por las comunidades indígenas firman Don Martín Toassa Cacique Principal de los indios Angamarca del Asiento de Hampatu, Lázaro Pilamunga, Cristóbal Sogsso, y los demás indios de dicho asiento de la parte de los Angamarcas, quienes dicen que: “Con ocasión de terremoto que Dios envío a dicho asiento se cayó la iglesia de él, y pretende los vecinos españoles que se haga la dicha iglesia en el sitio nombrado San Bartolomé que es un llano y ha servido de Calvario en las Semanas Santas de las Cuaresmas, donde han formado ya capilla y obraje, quitando los solares de los indios tributarios Angamarcas de la parcialidad Tomabelas del Gobierno de Don Pedro Pilamunga… (Saá. s/f: 423).

¿Qué objetos se confeccionaban en esos tiempos?

Los antiguos eran muy diestros y dedicados en todo tipo de trabajo, así por ejemplo, las mujeres tejían unas shikras con adornos para llevar comida y los productos agrícolas, algunas de estas shikras eran muy grandes y servían para guardar allí tres o cuatro quintales de maíz y colocarlas en los graneros; también tejían camisas con adornos, hilaban la lana de llamas para producir ropa y cobijas; hacían comidas muy sabrosas con puro grano, y por eso eran personas fuertes, vigorosas y muy trabajadoras.

Los hombres, en cambio, tallaban la roca y hacían unas bonitas piedras para moler el ají, el maíz, el morocho y otros granos; otras rocas talladas eran utilizadas como bases para las viviendas; también tejían anacos, ponchos, cobijas, fajas y otras prendas de vestir; transportaban maderas pesadas para edificar las casas, construyeron caminos y acequias. También elaboraban tazones de oro y plata para utilizarlo en sus ceremonias rituales sagrados de agradecimiento a la Pachamama y al Tayta Inti .

Tanto las mujeres como los hombres se dedicaban a la producción de alimentos, a la crianza de animales menores y a la educación de las hijas y los hijos, tratando de que sean respetuosos, educados y sabios, tanto con la Pachamama como con los miembros de la comunidad y con los moradores de otros vecindarios.

Todos compartían los momentos de alegría y tristeza. Algunos se dedicaban a curar a los enfermos mediante las limpias con kuy y el tratamiento a través del uso de las plantas medicinales; otros a la música. Las personas que querían aprender a entonar las flautas y las cajas se acercaban a la media noche a las orillas del Río Hampatu y trataban de imitar los sonidos del agua; de esta manera lograban entonar una gran variedad de ritmos y melodías.


Tayta Juan Sogso, músico, médico (fregador de lesiones, limpias con cuy y recetas con plantas medicinales), agricultor, constructor de viviendas

¿Por qué actualmente vivimos en Pucará?

Los mayores nos dicen: “Cuando llegaron los españoles, fue una tragedia (si mi alma llorara; por lo que ocurrió, jamás se consolaría), fue una época sumamente triste, pero triste: un verdadero sufrimiento. Esos salvajes que llegaron de no sé dónde (dizque de Europa) entraban a las casas, mataban sin pena ni gloria a nuestros mayores, cortaban cabezas, se apropiaban por la fuerza de los objetos de oro y plata, incendiaban las casas, violaban a las mujeres. Asustados de esta tragedia, nuestros mayores huyeron a los montes: andaban escondidos en las quebradas, y en las cuevas y en los túneles que tuvieron que construir para guarecerse”.

Luego de algunos años: los españoles empezaron a reclutar a la gente bajo la consigna: “a la guerra, a la guerra”. Cuando cogían a los hombres los llevaban a la guerra, las niñas, los niños sólo sabían que su papá va a la guerra, las madres y esposas sólo sabían que se fueron, pero no sabían cuando iban a volver; no comprendían realmente lo que pasaba; lloraban mucho porque no sabían si su padre iba a regresar algún día, o si volvería vivo o tal vez sólo el alma. Ante estos hechos chorreando lágrimas por sus rostros y gimiendo sus labios coreaban:

Urpikulla kashkayman washa, washami katiman, puyu kashpaka, pillushpa aparimuyman wayra kashpaka aparishpami pushamuyman .

Al escuchar los gritos de tantakun , los que eran avisados a tiempo se escondían como venados perseguidos o como conejos sin posibilidad de escapatoria. Poco a poco, y de uno en uno, algunos lograron escapar en una primera ocasión hasta Pinlluk que posteriormente lo denominaron San Bartolomé de Pinllo, y como eran fácilmente localizados y perseguidos decidieron avanzar a ubicarse tras la loma de Pucará, allí construyeron sus casas con tapiales de tierra y cubierta de madera y paja. Este sitio era estratégico, pues desde allí se podía observar las atrocidades de los españoles a los alrededores, así como el llanto de los pueblos vecinos que eran masacrados.

De los documentos revisados, se desprende que la Confederación de Pueblos Originarios de Hambato tiene una existencia milenaria y que esta Confederación ya existía varios siglos antes de la llegada de los españoles; en el lugar donde actualmente se encuentra sentada la parroquia Ambatillo, vivía un pueblo llamado Hampatu, al mismo que los españoles, le llamaron despectivamente Ambatillo, que es un diminutivo de Hampatu.

Necesidad de la Reconstrucción del Pueblo Hampatu

La lucha de los Pueblos Indígenas del Ecuador en los últimos treinta años ha planteado la necesidad de que el Ecuador se reconozca como un estado plurinacional e intercultural; éstas demandas han sido recogidas en las Constituciones de 1998 y 2008. El artículo uno de la Constitución de 2008 señala de manera expresa que el Ecuador es un Estado Constitucional de derechos y justicia social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. El artículo 56 señala que: Las Comunidades, Pueblos y Nacionalidades Indígenas, el Pueblo Afroecuatoriano, el Pueblo Montubio y las Comunas forman parte del Estado Ecuatoriano único e indivisible; en correspondencia con esta declaración, en el artículo 56 de la Carta Magna se reconocen 21 derechos colectivos para las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas.

Por otra parte, desde la década de los años ochenta del siglo anterior, las organizaciones indígenas han venido impulsando procesos de reconstitución de las Nacionalidades y Pueblos y han logrado espacios de reconocimiento dentro de la institucionalidad del Estado y en las organizaciones de la sociedad civil; en 1986, se constituye la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (COANIE) y en 1998 se constituye el Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador (CODENPE). Según el movimiento indígena ecuatoriano, “las nacionalidades son entidades históricas, culturales y políticas formadas por los descendientes de los pueblos originarios que habitaron el territorio que actualmente pertenece al Ecuador, La existencia de las nacionalidades como comunidades de lengua y cultura es anterior a la invasión y a la dominación española (que se inicia en 1534) y a la formación del Estado Ecuatoriano (ocurrida en 1830), Estas comunidades se diferencian de los demás grupos humanos que viven en el país porque están asentadas dentro de un territorio definido y porque además tienen una cultura propia. Según el movimiento indígena, de todos los elementos que definen a una nacionalidad, los más importantes son su lengua y su comunidad lingüística”(López 2015: 2). Hay que señalar, sin embargo que dentro de las nacionalidades que ocupan un territorio extenso y que tienen una población muy numerosa se presenta una gran diversidad de formas de vida por parte de sus comunidades; para resolver este problema, el movimiento indígena de Ecuador ha propuesto el concepto de pueblo, según Flavio López “Los elementos que distinguen a un pueblo son el dialecto, las costumbres, la cosmovisión, los saberes, las prácticas productivas y su sentido de pertenencia local. El concepto de pueblo, es muy útil, al momento de reconocer la existencia de la diversidad cultural al interior de una nacionalidad como la Kichwa, asentada en una extensa zona territorial” (López 2015: 3).

En la provincia de Tungurahua existe una población indígena de 120 mil personas. Una parte de esta población, hasta el momento ha decidido reconstituirse en los pueblos: Salasaca, Chibuleo, Tomabela y Quisapincha. Sin embargo, la gran mayoría de la población indígena de la provincia todavía no se ha reconstituido como pueblo.

En este documento demostramos que en el Noroccidente de la ciudad de Ambato existe un pueblo originario cuyos ancestros vivieron en esta zona antes de la llegada de los españoles; también demostramos que durante la colonia en la propia ciudad de Ambato se formó a partir del Tambo Real del mismo nombre, que se encontraba ubicado en el Socavón. Por lo tanto hay razones históricas que justifican la necesidad de Reconstituir la Gran Nación de Hampatu, bajo la forma de pueblo de Hampatu de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador.

BIBLIOGRAFIA:

De Velasco, Juan. 1842. Historia de Reino de Quito en la América Meridional. Imprenta de Gobierno, por Juan Campuzano, Quito.

López, Flavio y Otros. 2002. Pilahuín: El Páramo y los Indios. COCAP. Editorial América Latina. Quito.

López Flavio. 2015. Reflexiones en torno a los conceptos de Cultura, Plurinacionalidad e Interculturalidad. Materiales de trabajo. Texto de Word. Ambato.

Municipalidad de Ambato. 1919. Libro Rojo. Librería e Imprenta Escolar. Ambato. Ecuador.

Start a discussion with Vicente Chato Chango

Start a discussion