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Amor

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Que sentimiento mas raro. Es como una enfermedad para bien. Cualquier enfermedad te hace decaer, no te da fuerzas para nada en absoluto, te deprime. Pasa totalmente lo contrario cuando uno posee amor en el cuerpo. Ganas lo que le sobra, fuerza se consigue como chicle en la despensa.

Confusión de vez en cuando deja correr esta enfermedad invertida. A su inicios uno no sabe si es si o, si es no. Un laberinto de dudas se forma en la mente. Sera eso lo que estoy sintiendo? Es la pregunta que nace en cualquier cabeza por donde ronde este sentimiento de difícil definición.

Confirmada que las dudas y confusiones padecidas, que son causadas por el virus de la enfermedad invertida, se instala de nuevo la duda de que hacer. Es el momento donde lo que era puro instintivo se junta, en teoría, con la razón. Paso que es casi común obviar. Yo lo he hecho en ocasiones. Resultado, uno solo, negativo. Tal vez por la poca experiencia se llega a eso. La madurez hace su trabajo, y de forma natural, en casi todos los casos, hace ver lo importante de ese paso.

Las especulaciones, análisis, estudios de posibilidades y opiniones de uno mismo son los causantes de los constantes debates en la parte superior. De acuerdo con la personalidad, el carácter y el entorno, suele aparecer la parte social del hombre. No siempre es así, pero, el buen amigo, el ser de confianza; es el que aparece como nuevo evaluador. Esa opinión es crucial. La sinceridad es la que la hace muy importante.

Los lazos no tardan en buscar alguna conexión. Acercamientos y “circunstancias casuales” hacen variar las conclusiones antes tomadas. Para mal o para bien. Repercusiones de los sucesos suelen dejar colgado a la persona afectada del virus. El soñar despierto, una constante.

Es sabido que hay distintos tipos de amor. A esta altura seria algo superfluo el aclarar la especie de amor al que me refiero. Amor, que la gran mayoría, llama amor.

Todo en la vida tiene múltiples caminos. Amor, no excepción. En caso particular, se reduce a dos: Camino bueno o camino malo. No se si existirán otros, pero, la experiencia solo tuvo la gentileza de mostrarme dos. Opuestos como ellos, nada. Uno la cura y otro solo ayuda a llevar a fase critica la enfermedad.

Trecho corto el descubrimiento, mejor dicho demostración, de la tenencia de dicho virus. Dicen que es lo mejor. Una ola de desgano, sufrimiento y tristeza es lo normal si el camino por el cual se inclino fue el malo. Una de las pocas veces donde el sacar el virus de una enfermedad no es sinónimo de alivio para quien lo padece. Donde no varia es en la dificultad de sacarla del cuerpo. Único mecanismo, el olvido.

La contra parte es el cielo. Sonrisas, felicidad a plena vista y agrado hacia todo, son los síntomas mas visibles, si la corriente lleva hacia la la fase critica de la enfermedad. Se ciente lindo el encontrar un amor, esa enfermedad que no hace mas que ayudar.

Todo teniendo el punto de vista del amor verdadero. La única enfermedad que hace bien. Siempre sostuve, y no tengo intención de dejar de sostener a muerte, que eso de que se acabo el amor no existe. El amor no se acaba, “si se acabo” es por que en realidad nunca existió.