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Español: Al fondo del impecable pasillo puede observarse lo que parece ser una enorme vasija de arcilla. Me pregunto, ¿se habrá utilizado para la cocción de los alimentos? Pero, no tiene manchas de tizne ni restos de humo. Me encuentro frente a frente con este imponente objeto; en ese momento, me percato que estoy parada sobre una lápida. Muchas preguntas rondan mi cabeza durante aquellos segundos pues no veo información alguna de dicha tumba. Mientras tanto, la inscripción sobre aquella vasija me deja incrédula, ¡era una urna funeraria! Los ancestros indígenas pertenecientes al Valle del Cauca representaban el útero de la mujer por medio de estas urnas, allí se guardaban los restos óseos de varios individuos y su significación se remonta al momento de la concepción, marcando un nuevo comienzo. Esta sala “Tiempo de olvido, diálogos con el mundo prehispánico” logra exponer las grandes diferencias que había en torno a la significación sobre la muerte. Por otra parte, aquella lápida que había pisado y tantas personas ignoran sin siquiera notarlo, es la tumba de un antropólogo colombo-alemán que tuvo que huir de su país por el auge del nazismo; sus restos estuvieron en varios sitios hasta que se decidió colocarlos en el Panóptico, la antigua cárcel que estaba estructurándose como Museo Nacional en esos momentos. Es interesante analizar como la interpretación sobre el final de la vida es tan divergente, para algunos es un inicio, para otros es el olvido, y este sitio logra capturar aquella dicotomía existencial.