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Español: RESOLVIENDO VICIOS EN LA CONDUCCION DE PERSONAS

“. . . Este libro esta dedicado no solo a los que participan de la oficina propiamente dicha sino a todo tipo de conducción de grupos de tareas. El control del conductor debe ser en la propia tarea asignada y el acompañante deberá constatar por si mismo la calidad y cantidad de misiones frente a las metas establecidas. Esto analizado en la empresa estatal es muy importante ya que el empleado público, contra toda opinión política al respecto, tiene un conocimiento detallado de su tarea y la de los otros miembros del grupo y por lo tanto es importante “apartarlo” psicológicamente de la burocracia instaurada por la ley marco de regulación del empleo oficial y motivarlo a la creatividad que tiene como toda persona. El empleado público es políticamente avasallado en su persona como fuerza laboral importante y creativa; este tipo de empleado es visto como un mal necesario y su cargo laboral definido en una bolsa de trabajo del dirigente político, en tanto el dependiente que conserva su ocupación de la conducción política anterior es desplazado por motivos ideológicos o tecnológicos, lo que lleva a desgano, resistencia y resentimiento. . .”

Acoso Laboral: Como no podía ser de otra manera, el acoso laboral lo sufrió no solo como empleado mientras cursaba sus estudios universitarios, sino también por su participación en la función publica de Córdoba. Las situaciones fueron diferentes, como empleado administrativo debía priorizar sus ingresos para cubrir sus gastos universitarios (UCC) y como funcionario público le correspondió hacer prevalecer su independencia profesional ante elementos y pruebas de corrupción. Pero enfrentó a estas situaciones de la misma manera: con calma, hallando la salida de ambas situaciones fortalecido e indemne de las infamias realizadas. El empleado de bajo nivel siempre toma las decisiones, ante el acoso, con connotaciones monetarias ya que si desea permanecer en su puesto de trabajo deberá reducir su ego (agachar la cabeza) y enfrentar la situación con serenidad, sin dejarse arrastrar por la violencia psíquica o física sufrida. En Argentina quedan reminiscencias de la vieja escuela del “látigo al empleado” y todo lo que se diga o escriba sobre el remedio para el acoso (laboral, moral, etc.) es pura especulación de futuro.

El funcionario público debe hacer prevalecer su profesionalidad, sea cual fuere, ante situaciones de desgaste psíquico ejercidas por funcionarios de mayor jerarquía; tomarlo con calma, enfrentar la situación y denunciar políticamente al o a los agresores que sin lugar a dudas tiene opositores políticos de los cuales debe cuidarse. Dicho de otra manera, los cargos de funcionarios políticos son el caldo de cultivo de presiones en ambos sentidos de poder.