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Robert A. Paneque Síntesis de su vida y su obra

Por Isabel Labrada Villavicencio

Robert Arnaldo Paneque nació en la ciudad de Bayamo, el 8 de diciembre de 1921 de la unión de Víctor Reyes y Antonia Paneque. Por parte de su padre tuvo otros 41 hermanos y por el lado materno, una hermana.

En medio de una sociedad injusta asistió a la desamparada Escuela Pública y trabajó para ayudar al sustento familiar: fue limpiabotas y trasladó el resultado del trabajo materno (tejidos de yarey) al comercio. Alcanzó el 8vo grado en la Academia Privada Luz de Bayamo.

Robert A. Paneque ejerció tempranamente su categorización como barbero, fundando la histórica barbería de Zenea esquina a Laura (hoy William Soler) en la que laboró hasta el día de su fallecimiento. El local deviene atalaya histórica, cultural y política. Nuevas generaciones estarán presentes en las tertulias: humildad, honradez y ansias de progreso son denominador común de la heterogénea asistencia: vecinos, amigos, intelectuales, profesionales, políticos y luchadores sociales.

Amante de la lectura recopiló volúmenes que fueron engrosan su acervo cultural; el amor y el cuidado a las revistas, periódicos, documentos y en especial a los libros, fue una consustancial de su vida.

Así, desde su juventud fue acumulando una sólida cultura de amplio horizonte, desarrolló una admirable memoria en la que quedaron tradiciones, personajes, historia patria y local. La prensa diaria fue ocupación inviolable. Inquietudes políticas rodearon su profiláctico actuar.

En 1946 Eduardo R. Chibás se separa del Partido Auténtico y funda el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Robert está entre los primeros. Bajo la consigna de Vergüenza contra dinero es un pilar de la ortodoxia local. La simbólica "escoba" presidió su ejecutoria partidista. Obtuvo su título de barbero el 12 de agosto de 1948. Modesto, sencillo, accesible a todos, nunca dio amistad por dinero. Humilde benefactor supo compartir sus modestos bienes con los que a su puerta tocaron o encontró en el bregar de su vida. Amó la música tradicional disfrutándola cuando la barbería recibía a trovadores como Evelio Rodríguez Plaza. Fue tal su amor a la música, que se le pidió despidiera el duelo del genial compositor y trovador cubano Sindo Garay.

A principios de la década del 50 Robert A. Paneque es elegido presidente de la Asociación Cívica Todo por Bayamo, donde realizó una importante labor de gran recordación. La estatua del poeta Juan Clemente Zenea que hoy preside la calle de ese nombre es un recordatorio permanente a su incesante actividad patriótico-social.

El sector campesino contó siempre con su pluma y palabra; escuelas abandonadas oficialmente tuvieron su ayuda y otras nacieron de su obra. Al desaparecer físicamente Chibás en 1951 continuó en la lucha del Partido Ortodoxo para las elecciones de 1952. El Gobierno de los Estados Unidos movió entonces sus peones y frustró el triunfo. Una nueva tiranía aparece el 10 de marzo de ese año. El líder estudiantil universitario Fidel Castro Ruz denuncia la ilegalidad ante el Tribunal Supremo de Justicia. La causa es “encajonada” o archivada.

Robert y un grupo de compañeros se dirigen al Rincón Martiano local para desagraviar al Apóstol José Martí. La Policía los detiene por "acto ilegal". Comienza así su enfrentamiento con la tiranía. Es un 20 de mayo. En 1953 contrae matrimonio con Lidia Fonseca Ramírez compañera de ideales partidistas y revolucionarios hasta su muerte. Inmediatamente después que Fidel Castro y otros revolucionarios asaltan los cuarteles Guillermón Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, el 26 de julio de 1953, la dictadura de Batista hace una redada y encarcela a los principales colaboradores de Fidel Castro Ruz en todo el país.

Robert A. Paneque y un grupo de compañeros suyos que colaboraron en la organización del movimiento insurreccional, fueron encarcelados en la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba, donde se encontraban Fidel y los sobrevivientes de los heroicos asaltos. Allí tuvo la suerte de compartir celda con Fran País, el alma y organizador del movimiento insurreccional (guerrillas urbanas). El asalto simultáneo a los cuarteles Guillermón Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, el 26 de julio de 1953, contó con el apoyo y el respaldo total de Robert A. Paneque, quien compartió las ideas y los proyectos de Fidel desde 1948. Es por ello que desde el Presidio de Isla de Pinos donde se encontraban encarcelados Fidel Castro, Raúl Castro, Juan Almeida, Pedro Miret, Ramiro Valdés y casi todos los asaltantes, Robert A. Paneque es designado para distribuir en Bayamo un documento histórico: La Historia me Absolverá, el alegato de autodefensa que hizo Fidel en el juicio del Moncada.

El documento llegó a Bayamo de la mano de Miguel Fernández Roa, quien escondió en casa de Ambrosio Pocho Fornet unos 300 ejemplares, hasta que se organizara su distribución clandestina. El 27 de diciembre de 1954 llegan a manos de Robert A Paneque las primeras copias por conducto del propio Pocho Fornet. Divulgarla es su tarea. Machaco Ameijeiras es uno de los mensajeros. En abril de 1955 Robert A. Paneque es detenido nuevamente. Se realiza un atentado contra su vida en su propio hogar por parte de soldados de la tiranía de Batista, que ametrallan su casa. Esta presión de la Dictadura lo obligó a pasar a la clandestinidad casi total. Su esposa, Lidia Esther Fonseca se vio obligara a quedarse sola en casa con su hijo recién nacido el 2 de octubre de 1954, Roberto A. Paneque Fonseca y a sufrir todo tipo de desmanes, asaltos, saqueos y allanamientos y ametrallamientos de su casa por parte de los sicarios de la Dictadura de Fulgencio Batista.

Desafiando tan brutal represión, en noviembre de 1955 en esa misma casa es fundado el movimiento Fidelista con la presencia de Gustavo Ameijeiras y Antonio Ñico López entre otros. Nuevamente se arrecia la persecución contra él y sufre una nueva detención el 14 de enero de 1956, pero el 24 de febrero participa en la fundación de la primera célula del Movimiento 26 de Julio en Bayamo, contando con la presencia de Frank País, Andrés Luján Vázquez y Antonio Ñico López, uno de los asaltantes al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.

La persecución contra Robert A. Paneque arrecia después del desembarco del Granma. Nuevamente es detenido y encarcelado como consecuencia del Asalto al Cuartel Goicuría en Matanzas. En prisión sufre el estrangulamiento de una hernia y es operado de urgencia en el único hospital con que contaba la ciudad: el General Milanés.

A finales del año 1957 y tras haber salido de la prisión, le sigue otro asalto a su casa, realizado en la medianoche del 28 de agosto. Miembros de la policía de Batista la registran violentamente, logran apresarlo y le conducen nuevamente a prisión. Como tesorero de la primera célula del Movimiento 26 de Julio fundada en Bayamo bajo la jefatura de Frank País, Robert A. Paneque realizó una importante labor: vende bonos, reúne alimentos, medicinas y diferentes enseres para la atención médica a los heridos de los campamentos de la sierra y el llano. Recibe constante información y tareas y órdenes de Fidel Castro Ruz desde la Comandancia del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra.

Debido a esta incesante actividad y su contacto con la Dirección de la Revolución, su casa es vigilada permanentemente, por lo que de nuevo tiene que pasar a la clandestinidad y abandona su hogar para lograr la protección de la vida tan necesaria a la causa. Allí queda otra vez sola Lidia Esther Fonseca Ramírez, su esposa, con el hijo, Roberto Paneque Fonseca, de dos años, porque al Robert tener que irse de su casa dejó a su familia sometida a los peligros de la lucha revolucionaria.

Madre e hijo sufrieron el sistemático asedio del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) del Ejército de Batista y los constantes registros y atropellos que obligaba a Lidia a andar escondiéndose de casa en casa junto con su hijo, especialmente en casa de su tía Josefa Pepita Ramírez y su esposo, el Dr. César Odio, un médico muy respetado en Bayamo y donde los sicarios de la dictadura batistiana nunca se atrevieron a entrar a detenerles.

TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA La madrugada del 1 de enero de 1959 sorprende a Robert A. Paneque en plena actividad proveedora de recursos para los campamentos guerrilleros de la zona del Cauto. Al conocer de la Victoria, sus alegrías y ansias de trabajo revolucionario inundaron su vida. Desde los primeros días del triunfo de la Revolución Cubana y hasta su muerte, Robert A. Paneque tuvo el perenne reconocimiento de los más altos dirigentes del país, quienes públicamente y en privado reconocieron su valor y su entereza.

Robert A. Paneque ha sido uno de los pocos bayameses que han tenido el honor, avalado por su trayectoria, de conocer y colaborar con los principales dirigentes de la Revolución Cubana: el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, la infatigable revolucionaria Celia Sánchez Manduley, el Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, el Comandante Ernesto Ché Guevara, Antonio Ñico López, Machaco Ameijeiras, al Comandante Pedro Miret Prieto, María Antonia Figueroa, Frank País García, Josué País García, Eloy Paneque Blanco, Orlando Lara Batista, Vicente Quesada, al capitán Antonio Núñez Jiménez, al comandante Santiago Terry Rodríguez y a cientos de fundadores y combatientes de la Revolución Cubana.


Robert A. Paneque organiza en su calle Juan Clemente Zenea -y como sede su barbería histórica- el primer Comité de Defensa de la Revolución (CDR) al que puso por nombre Eduardo R. Chibás y del que fue su presidente durante 10 años. Hoy día, otro nuevo CDR que se constituye en la calle William Soler, que forma la esquina con Juan Clemente Zenea, ubicación de su histórica casa, llevará el nombre de Robert A. Paneque.

La multifacética labor revolucionaria lo llevan a la vanguardia de las tareas: ejecución de la Reforma Agraria, fundación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Campaña de Alfabetización, inicio y desarrollo del movimiento cultural cubano, acometimiento de obras del campo y la ciudad en beneficio de los antes olvidados, como diversos policlínicos, el hospital Carlos Manuel de Céspedes y la carretera de montaña Guisa-Victorino, entre muchas obras constructivas más que apoyó.

Robert A. Paneque impulsó algunas de estas obras personalmente, a instancias del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en más de una ocasión le visitó en Bayamo para tomar contacto personal y detallado en torno a la obra de la Revolución Cubana en Bayamo y sus alrededores. Una de esas reuniones se realizó en privado entre ambos desde las 9 de la noche hasta las 8 de la mañana del siguiente día. Nunca se ha sabido el contenido exacto de esa reunión. Robert A. Paneque se llevó el secreto a la tumba.

En abril de 1984 participó en el concurso 9550 de la Televisión Cubana que dirigía el periodista Antonio Tony González Martin, obteniendo el primer premio con magistrales disertaciones sobre la Guerra de los Diez Años (1868-1878) de las tropas insurrectas cubanas contra el Ejército Español.

A lo largo de todas y cada una de sus intervenciones, Robert demostró dominar al detalle la historia de ese conflicto armado y mostró siempre un respeto absoluto por los adversarios militares españoles. El Poder Popular no le fue ajeno. Propuesto como candidato a delegado (diputado local) para las primeras elecciones de 1976, logró un abrumador triunfo al obtener 616 votos (96%) frente a los restantes candidatos que obtuvieron 145, 121, 108 y 98 respectivamente. TRAYECTORIA PERIODISTICA Capítulo aparte su condición de periodista desde su labor empírica a los 16 años hasta titularse en la Escuela de Periodismo Manuel Márquez Sterling, en 1954. Robert A. Paneque ejerció el periodismo hasta el mismo día de su desaparición. La prensa plana y radial contó con su presencia allí estuvo su pluma y su palabra en contenidos históricos, políticos, culturales, recuerdos del terruño, historia local y nacional.

Al fundarse en Bayamo en 1937, la emisora CMKL se dan a conocer los productos de su pluma autodidacta: en 1942 aparece como redactor de Atalaya Política de la CMKX, de Atalaya Bayamesa y Orientaciones Agropecuarias. Desde 1948 fue director del programa Tribuna Ortodoxa entre otros. Fue colaborador permanente de la emisora local Radio Bayamo.

Obtiene el título de periodista el 15 de febrero de 1954. Con el triunfo de la Revolución funda La Voz de la Revolución, órgano del movimiento 26 de julio y posteriormente es colaborador y guionista de los programas del Departamento de Tránsito del Ministerio del Interior (MININT) y Onda de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

Fundador escritor del programa radial Orientación Campesina, El DAP en Marcha, guionista del programa Atletas del Espacio de la Asociación Colombófila de la ciudad. Escribió diariamente para el espacio Efemérides y el programa histórico mañanero. Proyectó un espacio Por qué luchamos" entre diciembre de 1992 y enero de 1993 del cual dejó grabados varios trabajos interrumpidos por su muerte con una vigencia absoluta por su contenido ideológico.

Su labor en la prensa plana comenzó en 1935 en los periódicos Heraldo de Oriente (1935-1936), Hatuey (1939-1944), Oriental Press (1944-1945), Crítica, Amanecer, Horizonte, Numancia y La Discusión en la década del 40 entre otros. En la década del 50 fue redactor del Boletín de la Asociación Cívica Todo por Bayamo. Su oposición a los desgobiernos del oprobioso pasado lo llevó a fundar El Gallo Bayamés del cual fue propietario. Bajo el nombre simbólico devino tribuna donde fueron cantadas las verdades del momento.

A partir de 1959 fue el primer corresponsal y agente de los periódicos Sierra Maestra y Revolución. Escribió cada día durante años un pequeño ensayo histórico como activista de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR) del Partido Comunista de Cuba (PCC). En el periódico La Demajagua escribió la sección Ayer y Hoy así como crónicas históricas. A pesar del quebrantamiento de su salud, no cesó su divulgación histórico-política en los últimos años de su fructífera existencia. Era fuente de obligatoria consulta. Compartió los esfuerzos de su débil corazón con instituciones, escuelas, actos conmemorativos y de recordación estando en todo momento presto a la convocatoria.

Por la obra de su vida recibió múltiples condecoraciones y distinciones estatales y sociales, recibiendo al desaparecer físicamente los honores correspondientes a su condición de Combatiente de la Revolución Cubana y de Ciudadano Ejemplar. Al fallecer Robert A. Paneque, Bayamo dejó de contar con su "historiador modesto y natural" el día 20 de febrero de 1993. En Robert Arnaldo Paneque se hacen cierta las palabras de José Martí: "La Muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida".

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