File:Historia de la Villa y Corte de Madrid (1860) (14800609633).jpg

Identifier: historiadelavill04amad (find matches)
Title: Historia de la Villa y Corte de Madrid
Year: 1860 (1860s)
Authors: Amador de los Ríos, José, 1818-1878 Rada y Delgado, Juan de Dios de la, 1827-1901 Rosell, Cayetano, 1816-1883
Subjects:
Publisher: Madrid, Libreria Americana
Contributing Library: Robarts - University of Toronto
Digitizing Sponsor: University of Toronto

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Cámara y otros Grandes, todos á caballo; cuatro cadetes de guardias deCorps, de batidores; un sobrestante de coches; la estufa con el Real Cadáver, y á loslados de ella ocho caballeros pajes, dos monteros de Espinosa, dos oficiales de guar-dias de Corps, y los caballerizos de Campo; detrás de la estufa el Mayordomo mayor,el capitán de guardias de Corps; y montado en una muía, el obispo de Palencia; unaescolta de cincuenta guardias con sus correspondientes jefes; una estufa de respeto;varios coches vacíos para las personas de la comitiva; el tercer escuadrón de guardias;cinco coches en que iban veinte gentiles-hombres de Cámara, varios furlones, y á loslados de la comitiva, aunque fuera de ella, treinta palafreneros á caballo, dos ayu-dantes, un mariscal con algunos oficiales suyos y del maestro de coches, por si eramenester que prestasen algún auxilio. Entró en Madrid esta comitiva por la puerta de Recoletos, dirigiéndose por la iüSTURÍA LE LA VJLLA Y CORTE M MADIUI).
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. i,iiiíc:i.iuidnd.. (SAKESAS EEALES) SEGUNDA PAUTE, CAP. VI. 209 calle de San José, que se decía entonces, al monasterio de las Salesas Reales, dondeesperaban formados dos batallones de guardias españolas y walonas. Entrando asimis-mo en el templo y hecha la entrega del cadáver con las formalidades y salvas corres-pondientes, quedó depositado en la bóveda de las Religiosas, hasta que se terminó susepulcro y se colocó en la iglesia, donde se vé hoy, primorosamente labrado de exqui-sitos mármoles, al lado de la Epístola, eo el crucero del mismo templo. En los nue-ve dias siguientes, se celebraron oficios divinos en la Capilla Real por el alma del di-funto monarca, diciendo las misas el Nuncio de Su Santidad y otros prelados, y asis-tiendo la Grandeza, los criados de la Real Casa y todas las personas de distinción quehabia en la Corte. De lo expuesto, aunque ligeramente, hasta aquí, se infiere cuan próspero fué paraEspaña el reinado de Fernando VI; y cuando consideramos

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