File:Coronel Ciceron Marin Denho.jpg

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Description
Español: Coronel Ciceron Marin Deneo
Date San[1] Jose, Uruguay, 27 de junio de 1841
Source Es una foto antigua
Author anonimo
Camera location34° 53′ 36.17″ S, 56° 06′ 31.26″ W  Heading=289.61648540355° Kartographer map based on OpenStreetMap.View this and other nearby images on: OpenStreetMapinfo

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  1. [[|thumb|Nacido en San Jose, de descendencia Italia, hijo del matrimonio con Marin y Geronima Deneo, de origen Siciliano. Criado en el campo, fue un revolucionario, politico, perteneciente al Partido Nacional. Fiel luchador por la la patria, por el Partido Nacional, junto a Aparicio Saravia. Comando, siendo jefe del batallon, la division Nº8, en la batalla de Masoller, en 1904 Inicio sus campanas guerreras siendo muy joven. Participo en abril de 1863, en las luchas contra el invasor Venancio Flores.Integro las las fuerzas de Timoteo Aparicio Saravia,en la llamada "Revolucion de las lanzas" de 1870, 1872 y en la revolucion de Quebracho, obtuvo el grado de Teniente Coronel como jefe ya de nombrandia, consagrandose definitivamente en las guerras del 1897 y 1904. En los años previos a la revolución el Partido Nacional supo difundir ampliamente su pensamiento opositor y agrupar a los militantes más activos. En 1896 se fundan clubes nacionalistas en casi todo el país, como el de San José. En San José hubo una reunión secreta y reducida del propio Herrera, uno comandada por el comandantes Cicerón Marín, con el fin de engrosar las adhesiones locales. Una narracion de "Por la Patria" dijo:  "Reunidos en consejo con otros oficiales  antiguos, entregaron el mando superior de los escuadrones maragatos a Cicerón Marín. No estuvo  errada esa elección. Cicerón Marín era un guerrillero de renombre que enrolado desde niño en las  milicias, había salpicado su juventud inquieta con brillantes arrogancias. Baste decir en su abono, que  el otro general Aparicio- Timoteo- , que sabía calar como ninguno a sus subalternos, le dispensaba  especial preferencia. Marín aceptó sin titubear la distinción con que se le obsequiaba y la aceptó para honrarla. Fue  uno de los primeros en tomar las armas y de los últimos en dejarlas. Hasta 1908 , fue Inspector de Policía en San José, nombrado una vez que terminara la revolución de 1904. Falleció en su ciudad de San José, donde siempre residió, el 2 de diciembre de 1919". No pudo disfrutar de la libertad electoral que el ayudó a gestar, pero a él también le debemos el eterno reconocimiento. Un soldado suyo, el doctor Salvador Estradé, quien fuera uno de los oradores en el acto del sepelio en nombre del Directorio del Partido Nacional, le decía a una multitu d acongojada: "Don Cicerón Marín fue siempre uno de los más entusiastas partidarios del sufragio tenía una fe  inmensa en la eficacia regeneradora del voto, en su virtud civilizadora , y por eso, cuando el  cansancio general ponía una tregua entre dos períodos revolucionarios, empleaba su actividad, que  era mucha , en inscribir ciudadanos y conducirlos luego a las urnas electorales. Para él, la lucha  cambiaba de forma, pero no de finalidad". Descripcion de caudillo a Ciceron "Hombre singular es el Coronel Cicerón Marín, viejo de larga barba blanca. Pásase la vida  refunfuñando, renegando y echando palabrotas. Algunas se harán famosas entre los oficiales y  soldados, que las comentarán divertidamente. Es también díscolo, rabioso, camorrero. No aguanta  pulgas. Pero es de muy buen fondo y muy recto. Ha peleado desde muchacho."  Marin, demostrando permanente fidelidad a su maximo jefe, Saravia. Javier de Viana al llegar a San José con el fin de recolectar fondos para la revolución también nos relata: "El coronel Cicerón Marín- cuya pera blanca parece un rejón de lanza, amenazador como la mirada  dura de sus ojos azules- nos decía severamente: Traten de juntar bastante dinero; con eso  compramos armas y cuando tengamos armas suficientes, ya verán cómo los zumacos disparan  buscando cuevas de tucu- tucus para esconderse."    Es que el drama del ejército nacionalista siempre fue la carencia de armamento y municiones y paradojalmente, quizás cuando mejor pertrechados estaban, cuando al caer la tarde del 1° de setiembre se avizoraba una gran victoria en Masoller luego de un ensangrentado enfrentamiento, cuando la paz digna se acariciaba con las manos, sobreviene la tragedia. La muerte del héroe de la libertad electoral terminó con aquella revolución, pero la bala que le pegó nunca podrá matar el legado que nos dejó, lleno de lecciones imperecederas que vienen de la esencia de su alma y que deben ser, en homenaje efectivo, fuente inspiradora permanente de todos los orientales. ¿Cómo olvidarnos , por ejemplo, de lo que le escribiera a su hermano Basilicio? "La Patria es el poder que se hace respetar por el prestigio de sus honradeces y por la religión de las  instituciones no mancilladas; la patria es el conjunto de todos los partidos en el amplio y pleno uso  de sus derechos, la patria es la dignidad arriba y el regocijo abajo". Aquellos guerreros fueron voluntades de acero, templadas en el amor a la democracia que salvaron en nuestra patria algo más que el honor de la raza y de la ciudadanía: pusieron a buen recaudo con su tenacidad, que llegó frecuentemente a los límites de la inmolación , el arca santa de las libertades públicas. Uno de esos guerreros fue Marín, quien nos diera además su ejemplo en el seguimiento de los ideales y principios de su máximo jefe, hasta su muerte. Pero dejemos a Baz Robert que termine su reseña del viejo caudillo local:   "Fue un noble y altivo soldado del derecho, su desinterés puesto siempre al servicio de la  libertad. Marín no fue solo bravo como el cóndor de las cumbres , fue también vigilante, como el chajá , de nuestros compañeros. Jinete de hierro y un baquiano prodigioso, con sus piernas ágiles, con su cuerpo enjuto y  musculoso, con su faz atrayente, con sus cabellos blancos, con su parla campera, con sus sacrificios  y sus cicatrices. Ultimos Años Hasta 1908 , fue Inspector de Policía en San José, nombrado una vez que terminara la  revolución de 1904. Falleció en su ciudad de San José, donde siempre residió, el 2 de diciembre de 1919". No pudo disfrutar de la libertad electoral que el ayudó a gestar, pero a él también le debemos el eterno reconocimiento. Un soldado suyo, el doctor Salvador Estradé, quien fuera uno de los oradores en el acto del sepelio en nombre del Directorio del Partido Nacional, le decía a una multitu d acongojada: "Don Cicerón Marín fue siempre uno de los más entusiastas partidarios del sufragio tenía una fe  inmensa en la eficacia regeneradora del voto, en su virtud civilizadora , y por eso, cuando el  cansancio general ponía una tregua entre dos períodos revolucionarios, empleaba su actividad, que  era mucha , en inscribir ciudadanos y conducirlos luego a las urnas electorales. Para él, la lucha  cambiaba de forma, pero no de finalidad". Homenaje Intendencia San Jose Con el día de la muerte del caudillo, mi interés es en su vida y al recuerdo permanente de la misma.  Finalizo con un día feliz , el día que se festejaba un nuevo aniversario de su nacimiento, ya viejo sí, pero rodeado como siempre por sus familiares, amigos y soldados de la noble causa y donde como regalo perenne el Cura Miguel Lacroix, el autor del conocido himno maragato: "Vivo en un rancho", le dedicara el 27 de junio del año 1915, las siguientes estrofas: "`Al señor Cicerón Marín? al cumplir 74 años  En los galpones de Agüero  saluda al viejo Marín, con sus notas el clarín  del batallón fogonero. Sabroso asado con cuero  Y en vanguardia el cimarrón;  escolta de admiración  le rodea por los flancos, como aprecio de los blancos  al Jefe de División. Hoy festejamos el día  de tu edad aniversario  en ambiente partidario, campamento de alegría;  el sol sus rayos envía, iluminando el fogón  y en el monte su canción  deja sentir el zorzal, como una diana triunfal  que alegre tu corazón. Oficiales y soldados  te aprecian en lo que vales  por tus nobles ideales  y sacrificios probados  contigo marchan confiados, pues llegada la ocasión  saben bien que, cual león, sacudiendo la melena, avanza con faz serena  el viejo don Cicerón. Recorriendo va tu vida, ]]

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